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Hackers al acecho: ¿Por qué Argentina es el nuevo blanco de los ciberataques?

Cada minuto en Argentina, miles de dispositivos quedan expuestos a potenciales ataques cibernéticos. Con una digitalización acelerada impulsada por la pandemia y la adopción masiva de plataformas en la nube, el país se ha convertido en un objetivo cada vez más atractivo para los ciberdelincuentes. La amenaza ya no se limita a grandes corporaciones: tanto el sector público como las pymes y los usuarios particulares están en la mira de los hackers, evidenciando la urgencia de fortalecer la seguridad digital en todos los niveles.

 

Un crecimiento alarmante de los ciberataques

De acuerdo con el Centro Nacional de Respuesta a Incidentes de Seguridad Informática (CERT), entre 2020 y 2022, los ciberataques en Argentina crecieron un impactante 300%. Solo en 2023, el país sufrió más de 10 millones de intentos de ciberataques, según Kaspersky, colocándolo como una de las naciones más vulnerables de la región. Este panorama coincide con una tendencia global que, según Cybersecurity Ventures, apunta a que los costos de la ciberdelincuencia se dispararán hasta US$10,5 billones para 2025, un salto abismal desde los US$3 billones registrados en 2015.

La Dirección Nacional de Migraciones fue víctima en 2020 de un ciberataque que “secuestró” sus sistemas con un rescate exigido de US$4 millones. En 2021, varios ministerios sufrieron ataques que vulneraron datos sensibles de millones de ciudadanos, poniendo en jaque la seguridad del Estado.

Por otra parte, el Global Threat Intelligence Report de 2022 indica que el 70% de los ataques en Argentina tienen como objetivo las pymes, que muchas veces carecen de recursos para contar con sistemas de protección robustos. Estas interrupciones forzadas provocan no solo enormes pérdidas económicas, sino también un deterioro en la confianza de los clientes.

 

¿Por qué Argentina está en la mira?

  • Transformación digital acelerada: El trabajo remoto, la migración a la nube y la digitalización de trámites gubernamentales han expuesto múltiples vulnerabilidades.
  • Falta de cultura de ciberseguridad: Usuarios y empresas desconocen prácticas básicas de protección, como la gestión de contraseñas o la actualización constante de sistemas.
  • Ecosistema de IoT: El aumento de dispositivos conectados—desde cámaras de seguridad hasta electrodomésticos inteligentes—ofrece más puntos débiles para los atacantes.

ISO 27001: un escudo imprescindible

Frente a este contexto, la norma internacional ISO 27001 se presenta como una de las herramientas más eficaces para enfrentar las amenazas digitales. Su enfoque integral permite:

  • Identificar riesgos: Las organizaciones pueden detectar vulnerabilidades y amenazas desde etapas tempranas.
  • Establecer controles de seguridad: La norma provee directrices claras y medibles para proteger datos y sistemas críticos.
  • Asegurar la continuidad de negocio: Minimiza tiempos de inactividad ante incidentes y reduce el impacto financiero y reputacional de un ataque.
  • Generar confianza: Con ISO 27001, empresas y organismos públicos demuestran a clientes y socios su compromiso con la protección de la información.

En un país donde la digitalización sigue avanzando a pasos agigantados, el riesgo de convertirse en la próxima víctima es cada vez mayor. Los ciberataques no son un problema lejano ni exclusivo de las grandes potencias; están sucediendo aquí y ahora, y amenazan la integridad de las infraestructuras, la reputación de las organizaciones y la seguridad de los ciudadanos.

La implementación de políticas de ciberseguridad, la formación continua y la adopción de estándares internacionales como ISO 27001 se convierten en piezas clave para sobrevivir y prosperar en un entorno digital cada vez más complejo.

 

Fernando Arrieta es director regional de G-CERTI Global Certification.

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